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EL AÑO 2003 se produjeron en Chile casi 45 mil accidentes vehiculares y una encuesta realizada por la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (www.Conaset.cl ) reveló que seis de cada 10 personas estiman que están "muy expuestas" a sufrir un siniestro de este tipo. En calles cada vez más pobladas de autos y locomoción colectiva, son pocos los chilenos que salen invictos a la hora de decir que jamás han sufrido un "topón" o no se han sufrido un choque de mayores magnitudes.

Son estos últimos eventos los que dan lugar a un mercado que mueve millones de dólares cada año y en el que participan múltiples protagonistas. Aquí va una descripción de cada uno de los eslabones de la "curiosa cadena":

Primer eslabón: las compañías de seguros
La cadena parte en las compañías de seguros que necesitan deshacerse de los vehículos siniestrados.

Segundo eslabón: los martilleros "especializados":
Sigue con los martilleros que actúan como intermediarios para colocar esos productos a través de remates.

Tercer eslabón: los "habitués" en los remates:
Los compradores son principalmente las desarmadurías y talleres mecánicos que buscan hacer su negocio reparando esos autos para revenderlos o desarmándolos y transando sus piezas.

Para los aseguradores el tema no es menor. Se estima que de los siniestros que pagan cada año en el rubro vehículos, entre 2% y 3% corresponde a pérdidas totales.

El desembolso por estas indemnizaciones -de acuerdo a información entregada por la Asociación de Aseguradores- fluctúa entre US$ 4 y US$ 5 millones anuales, gasto que tratan de paliar con la venta de los autos dañados.

Martillos rentables
Poco saben los conductores que han chocado cuál será el destino de su vehículo. Cuando está asegurado, todo parte con el diagnóstico que hace un taller designado unilateralmente por la compañía. Aquí poco cuenta la opinión del cliente, que es en definitiva el dueño del malogrado vehículo.

Cuando el costo de la reparación supera el 75% -porcentaje que puede ser inferior de acuerdo a la póliza- del valor comercial, el Liquidador de Seguros en colusión con la compañía aseguradora, proceden a declarar la pérdida total. "Hay veces en que no hay tanto daño, pero el costo de los repuestos que se deben reemplazar es tan alto, que no resulta conveniente arreglarlo", indica Daniel Spoerer, de Fusión Corredores de Seguros.

También las aseguradoras califican como pérdida total a los vehículos que se siniestran y tienen menos de un año de antigüedad. En esos casos la mayoría de las compañías indemniza al afectado entregándole un auto igual y cero kilómetro.

La pérdida total "convenida"
Otro mecanismo que se utiliza es la pérdida convenida. A ésta se recurre cuando el cliente negocia con la compañía que le pague el auto, aunque sea a un valor menor que el comercial, porque sabe que aunque se repare no podrá seguir circulando en buenas condiciones, o bien, revenderlo.

Según detalla Russell Beckett, de Liquidadores de Seguros Beckett S.A. (www.beckett.cl ). "Un liquidador externo, en caso de pérdida total promedia los valores aparecidos en el diario de vehículos similares y ese es el precio que se oferta al asegurado. Si éste no está de acuerdo, hay una instancia de diálogo y si no hay consenso puede recurrir a la Superintendencia de Valores y Seguros". Un proceso muy poco claro, que independiente de los indicado por el Sr. Beckett, dista radicalmente de lo establecido en la normativa legal vigente, en el Código de Comercio chileno y en especial el D.S. 863 Capítulo IV "Del Procedimiento de Liquidación de Siniestros", lo que demuestra una evidente manipulación de la normativa, por parte de las Compañías Aseguradoras y los "Liquidadores Oficiales de Seguros", que trabajan muy de la mano con las aseguradoras locales.

"Una vez consensuado el pago, -según detalla Russell Beckett- , el asegurado cede los derechos de su auto -ante un notario- a la compañía que posteriormente, para recuperar parte de lo que pagó por indemnizaciones vende el vehículo". Desde hace unos 20 años los aseguradores usan como intermediarias a las casas de remates para colocar estas especies.

¿Como operan los Martilleros y las Compañías de Seguros ?:
Pablo Montero, martillero de Vedisa, estima que, en promedio, los aseguradores recuperan con la venta un 40% de lo que pagan a sus clientes y que al año las casas de remates les subastan unos 4.200 autos. Éstos generan ingresos por unos $5 mil millones (cerca de US$ 8 millones).

Explica el martillero Agustín Izquierdo (www.aremate.cl ), el más antiguo del mercado:
Hoy operan martilleros especializados sólo en colocar los vehículos derivados de las compañías de seguros, lo que ha permitido aumentar el monto de los recuperos. "Antes una pérdida total sólo se declaraba cuando el valor de la reparación del vehículo excedía el 75% del precio comercial del auto y, en ese caso, la compañía recuperaba apenas un 25%. Ahora se tramitan pérdidas convenidas y recibimos autos casi nuevos, donde podemos recuperar hasta el 60% del valor comercial",

Como ejemplo destaca Izquierdo., señala que hace pocos días remató un jeep Cherokee 2004, que vale $34 millones, en $15 millones. "El asegurador le pagó $34 millones a su cliente, por lo que descontó el 19% del IVA, y obtuvo $15 millones a través del remate. Recuperó $21 millones y de haberlo arreglado quizá habría gastado más de eso"

Una vez que el vehículo es adjudicado, el martillero se encarga de hacer la transferencia al nuevo dueño. Por toda su intervención el martillero cobra una comisión de 12% del valor al que se vendió el auto, monto que es pagado por el comprador.

En torno al parque de autos chocados se genera una demanda creciente, lo que ha llevado a que los precios que se obtienen en los remates sean cada vez más altos.

¿ Quiénes son los "Clientes habituales"?
"Los valores son elevados porque remata gente que sabe que puede recuperar lo que paga, arreglando el auto con repuestos alternativos y usando mano de obra barata. A eso se suma que ha crecido la demanda de talleres chicos que reparan los vehículos y los revenden a personas que no tienen para comprarse uno nuevo", explica Izquierdo ( www.aremate.cl ).

Los compradores son principalmente las desarmadurías, los talleres multimarca, vendedores de repuestos y particulares aficionados a los "fierros".

Entre 10% y 15% de los autos que se rematan va directamente a chatarra, el resto es adquirido para ser reparado, o se desarma para utilizar las partes y piezas.

Aunque es difícil calcular la ganancia que obtienen los talleres que restauran autos y posteriormente los venden, fuentes del mercado estiman que fluctúa entre $500 mil y $1 millón por unidad. En tanto, las desarmadurías logran un margen de 2,5 veces en los repuestos que comercializan. "Éste es un negocio razonable, aunque la inversión es alta porque para atender la demanda debemos contar con una amplia variedad de repuestos para todas las marcas y modelos", explica Enrique Tuerk, administrador de la desarmaduría Autocat.

La demanda por repuestos usados es amplia. Los principales compradores son particulares -que deben reparar sus autos y no tienen presupuesto para adquirir repuestos nuevos u originales- y los talleres que se dedican a estas reparaciones.

"Un repuesto usado puede ser 50%, en promedio, más barato que uno original", dice Tuerk, agregando que lo que más se vende son piezas ligadas a la carrocería.

Seguridad en tela de juicio
Este mercado paralelo de comercialización tanto de vehículos como de repuestos inquieta a los representantes oficiales de las marcas automotrices en el país. Esto porque, según fuentes de la industria, no se fiscaliza la calidad de estos productos ni tampoco que cumplan las normas de seguridad que se les exigen a los nuevos.

Tuerk confirma que las desarmadurías no pueden dar garantizadas las piezas que venden, pero sí permiten que en el caso de los motores, por ejemplo, el comprador haga una revisión para determinar el estado en que se encuentra.

Fuentes de la Asociación Nacional Automotriz (www.Anac.cl ) destacan que muchas piezas al ser desabolladas pierden su capacidad de responder ante un choque, lo que pone en riesgo la vida de los pasajeros del automóvil. Lo mismo ocurre con los repuestos usados, porque no están garantizados. "La gente al concurrir a talleres que no son de marca podría ser engañada y exponerse a que le pongan un repuesto reparado, lo que pone en riesgo el funcionamiento del vehículo y su integridad física", recalcan en la Anac.

También hay dudas sobre los autos reparados que vuelven a las calles. En el ministerio de Transportes señalan que pasando la revisión técnica se considera que un vehículo cumple con los estándares de calidad mínimos y puede seguir circulando. Sin embargo, este chequeo obligatorio no determina si los autos mantienen las condiciones de seguridad para enfrentar colisiones, por ejemplo.

La recomendación que hace la Anac a los compradores de autos usados, es que antes de adquirirlos los lleven a un servicio autorizado de la marca para que determinen el estado técnico en que se encuentra. Sólo tomando estos resguardos se evitarán sorpresas desagradables.

"Gemelos" peligrosos
La venta de vehículos que son declarados pérdida total también puede dejar espacio para que se cometan delitos, derivados del mal uso que se le pueden dar a las patentes. Se ha detectado que algunas bandas dedicadas al robo de autos compran vehículos similares en remates, por ejemplo, sólo para sacarle las placas e instalarlas en el que hurtaron. Así blanquean los papeles y lo pueden vender. Es lo que la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SERV), de Carabineros, denomina "gemeleo".

Para reducir este tipo de delitos, hace dos años la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) dio instrucciones a las compañías de seguros para que retiraran y devolvieran al Registro de Vehículos Motorizados las patentes de los automóviles que ellos declaraban como pérdida total. De acuerdo a cifras de esa entidad entre 2002 y 2003 hubo un aumento de 24,3% en la devolución, aunque aclara que es imposible determinar qué porcentaje corresponde a compañías de seguros.

Es por eso que se está tramitando en el Senado una iniciativa para modificar la Ley de Tránsito y obligar, ya sea al asegurador o al dueño del automóvil que es dado de baja, no sólo a devolver las placas, sino que a anular la inscripción. "El proyecto ya pasó por la Cámara de Diputados y ahora lo estamos viendo en el Senado para perfeccionarlo y reducir la posibilidad de que inescrupulosos sigan usando estos subterfugios", destaca el senador Baldo Prokurica, integrante de la Comisión de Transporte de la Cámara Alta.

El mayor Álvaro Altamirano, jefe del SERV, recomienda además que las personas que cedan su automóvil por pérdida total a su asegurador, soliciten posteriormente una copia de la transferencia para cerciorarse de que ésta se realizó y que el vehículo ya no le pertenece.

Los martilleros afirman, sin embargo, que cuando un auto se subasta ellos se encargan de hacer inmediatamente el traspaso al nuevo dueño. Asimismo, si un vehículo ha sido vendido para desarme, ellos se encargan de retirar las placas, devolverlas al Registro Civil y anular la inscripción.

En cambio, si una persona compra un motor en una desarmaduría, por ejemplo, deberá hacer el cambio en el Registro Civil, consignando el nuevo número de motor que tendrá su automóvil.

 


Fuente: http://www.itn.cl/unaco.chile/web_Archivo_consultorio/consultorio_laturviaruta.htm