El fraude es o debería ser un tema de constante preocupación para los empresarios, sobre todo considerando que un estudio de la Asociación Examinadora de Fraudes revela que el 5% de la facturación de las empresas se pierde anualmente a causa de estas prácticas irregulares.

 

 

 

 

Es más, el mismo estudio establece que el tiempo que demora en detectarse un fraude, desde que se comete hasta que se descubre, es de 18 meses.

Pero, ¿podría el fraude incluso afectar a las pequeñas y medianas empresas? "En toda organización donde hay involucradas personas hay posibilidades de que se cometan fraudes", sentencia Diego Bleger, gerente de Forensic Services de KPMG.

Clasificación del fraude
El fraude puede ser calificado como "un engaño deliberadamente planeado y ejecutado con el objetivo de privar a otro de su propiedad o derechos". Según Bleger, existen tres tipos de fraude que pueden ocurrir en cualquier empresa, sin importar su tamaño.

Malversación de activos o fondos: corresponde al robo o uso indebido de recursos de la compañía, como dinero y bienes.

Informes financieros fraudulentos: implica la modificación o alteración de los estados contables de una compañía.

Corrupción: implica una colusión entre, por ejemplo, el empleado y un proveedor o entre el empleado y un cliente, en la cual el defraudador usa indebidamente su influencia en una transacción comercial con el propósito de obtener un beneficio para él o para un tercero.

"En las pequeñas y medianas empresas es más común el robo o malversación de fondos, es el más típico, aparece más a diario", comenta el experto. Sin embargo, es necesario tener especial precaución con la corrupción, ya que según Bleger es la más difícil de detectar.

Pese a lo anterior, advierte que "el tipo de fraude que más golpea, el que más duele a una empresa es cuando se modifican los estados contables. Es el que menos sucede, pero cuando ocurre, golpea fuerte".

¿Cómo protegerse?
La manipulación de los estados contables no es una "tarea" que solamente podría realizar un contador, sino que cualquier persona dentro de la compañía, como por ejemplo los trabajadores. Para Bleger, es necesario que el empresario tenga especial cuidado con sus empleados, ya que son los agentes que tienen más contactos con terceros y están a diario en la empresa.

Sin embargo, comenta que los fraudes cometidos por los empleados, sobretodo en empresas grandes, no son tan relevantes como los que puede cometer un directivo o un socio. A modo de ejemplo cuenta que en una empresa que tiene un patrimonio de US$1 millón, un trabajador no puede robarse US$600.000 sin que nadie se de cuenta. En cambio, los directivos o dueños de la organización si pueden.

El experto plantea algunas medidas que puede adoptar el empresario para protegerse e intentar prevenir en fraude al interior de las empresas. Estos mecanismos pueden ser aplicados tanto en grandes como en pequeñas empresas:

Realizar un monitoreo constante, lo que implica realizar controles dentro de la organización.

Segregar funciones. Una técnica que está siendo usada actualmente es rotar al personal dentro de cada área de la compañía, con el fin de evitar la colusión entre trabajadores de la organización.

Dar el ejemplo de un comportamiento honesto y ético desde lo más alto de la organización, partiendo por el dueño o empresario.

Crear un código de ética y aplicarlo al interior de la empresa.

Respecto a los socios, es recomendable que se controlen mutuamente y establezcan en la escritura de constitución de sociedad o en los estatutos de la misma ciertos compromisos, por ejemplo, que se requiera la firma de ambos en los cheques.

En el caso particular de las pymes, una medida sencilla y barata, pero muy eficaz, es chequear quienes son los trabajadores que ingresan a la empresa, revisando Dicom y hablando con sus empleadores anteriores.

Es fundamental revisar la situación de los proveedores en Dicom, además de chequear con quienes han trabajado y hablar con esos empresarios, para evitar los llamados "proveedores fantasmas".

Tomar medidas ejemplificadoras, como despedir a un empleado que cometió fraude, para que el resto de la organización conozca las consecuencias de cometer actos de este tipo en la empresa.

Recomendaciones legales
La abogada de Ernst&Young Chile, Javiera Contreras, recomienda tomar precauciones legales para evitar el fraude en la empresa:

Cuándo se realicen ventas a plazo a los clientes, es aconsejable que exista un contrato que establezca las obligaciones de las partes.

Para asegurar que el cliente finalmente le pague, es recomendable obtener del mismo un documento cuya naturaleza facilite el pago forzoso (vale vista/cheque).

Aunque no existe forma de asegurar que el proveedor le entregue un buen servicio, se puede prever esta situación a través de un contrato que establezca las obligaciones de las partes, e incluso que se impongan multas en el caso de atraso o incumplimiento del servicio.

Otra forma de protegerse frente al incumplimiento del proveedor es pactar el pago de la mercancía o servicio contra entrega satisfactoria del mismo, o establecer pagos parciales.

El contrato entre proveedor y empresario debe contener una individualización completa de las partes y establecer las obligaciones de ambos (plazos, precios, servicio a prestar o bien a ser vendido, etc.)

Para evitar ser estafado con facturas falsas, debe fijarse que la factura cumpla con los requisitos formales establecidos por la ley (cuatro copias, individualización del prestador de servicio o vendedor, tamaño, forma, etc.) y timbradas por el Servicio de Impuestos Internos.

Además, existe una sección en la página web del SII (www.sii.cl) denominada "Consulta de documentos autorizados", que permite comprobar si el número de un determinado documento emitido por un contribuyente se encuentra dentro de aquellos autorizados por el SII.

Es recomendable contar con toda la documentación necesaria para acreditar los hechos (contratos, órdenes de trabajo, boletas, facturas, etc.) en el caso de un fraude, ya que serán fundamentales a la hora de enfrentar un juicio.

¿Porqué se produce el fraude?
Diego Bleger cuenta que existe una teoría sicológica que explica las razones por las cuales las personas cometen fraudes y se denomina Triángulo del Fraude.
Este triángulo está compuesto por tres puntas: la racionalización, el incentivo o presiones y la oportunidad.

La racionalización, explica, es justificar porque se comete un fraude. Por ejemplo un trabajador que siente que ha dado su vida por la empresa y ésta no le ha retribuido como corresponde.

Por su parte, el incentivo o presiones corresponde a una situación en la cual la empresa incentiva a sus trabajadores a, por ejemplo, vender una cantidad determinada de productos en un tiempo establecido. Esta situación puede llegar a generar una presión sobre el empleado, que podría llegar a inventar ventas y por lo tanto cometer fraude.

Por último, el tema de la oportunidad apunta a la existencia de controles débiles en la empresa.

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Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/mis_finanzas/detalles/detalle_emp.asp?id=518