Muchos son los jóvenes, los cuales están en edad escolar y posiblemente con muchas dudas sobre que estudiar en un futuro, me voy a permitir hablar de una profesión que a mi particularmente me apasiona y que es la Ciencia Forense, mezclada con criminología e investigación policial. Los criminalistas, hoy en día la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía y La Policía Judicial del Cuerpo de la Guardia Civil,  son las que se encargan de reunir, analizar e interpretar la evidencia forense, trabajando en el lado más duro de los crímenes no resueltos. El trabajo de un Investigador en la Escena del Crimen es de todo, menos glamouroso, ya que os podeis hacer una idea de cómo se puede llevar a cabo un crimen, de las formas mas increíbles. Siguiendo con los investigadores policiales, ellos son responsables de acopiar evidencias como fibras, huellas dactilares, cabello u otras partículas del lugar del crimen. Una buena parte de su trabajo es asegurarse de que la evidencia esté a salvo y sea transportada sin contratiempos al laboratorio. El trabajo de los Investigadores en la Escena del Crimen es asegurarse de que dicha escena esté documentada y fotografiada en mínimo detalle, toma de huellas halladas y contrastarlas en una base central de datos, con las huellas conocidas de criminales ya sean huellas dactilares, huellas de la palma de la mano o de pisadas. Nuestras huellas dactilares son completamente únicas y permanecen inalteradas a lo largo de nuestras vidas. A pesar de que el fundamento para identificar a un sospechoso por huellas latentes no ha cambiado en casi un siglo, los métodos para archivarlas y compararlas sí lo han hecho. Sigue existiendo una fiabilidad constante en las huellas dactilares y la tecnología ahora juega un rol crucial en el archivo y comparación de las huellas. Programas de reconocimiento, digitalización y bases de datos enormes, hacen que el trabajo de un analista de huellas sea ahora más fácil y eficiente. Existen otras pruebas que se pueden hallar en la escena del crimen, tales como documentos en soporte papel, pudiéndose llevar acabo un análisis detallado de la escritura de alguien por ejemplo, o la inspección de las propiedades físicas y químicas de una tinta o papel en particular. A veces, al probarse que un sospechoso ha eliminado una parte de un documento se puede evidenciar y establecer una línea de acusación. Por ejemplo un polvo conocido como Lycopodium puede ser esparcido sobre un documento para revelar la presencia de restos de goma de un borrador. Los documentos quemados tampoco se deshacen siempre de la evidencia; los investigadores rocían el papel chamuscado con una solución vinil diluida para endurecer y proteger los restos carbonizados. Los papeles pueden entonces ser fotografiados y analizados en el laboratorio. En el instante en el que llega la policía a la escena del crimen, se llevan a cabo de manera rigurosa y estricta una serie de procedimientos. La razón de esto es simple: puede que los lugares de los crímenes luzcan desolados, pero de hecho están llenos de evidencia que conectan a un delincuente con un crimen. Es vital que las claves no sean alteradas, contaminadas o destruidas; el fracaso en la implementación de estas prácticas puede poner en riesgo el caso entero. La primera acción es valorar la extensión del lugar y aislar el área con un cordón, bien sea un solo cuarto o una calle completa. Toda la evidencia debe ser preservada tal y como fue encontrada. También es crucial que el número de personas que irrumpen en el escenario del crimen se limiten al mínimo posible, ya que toda persona que entra puede introducir material que confunda. También hay que determinar si el lugar es un escenario primario o secundario del crimen; si fue el lugar donde se llevó a cabo el delito o si es el lugar al que el sospechoso se desplazó una vez cometido el crimen. También tratan de establecer los puntos de entrada y de salida del sospechoso. Hasta aquí la primera clase de criminalistica. En sucesivos post aprenderéis mas sobre el tema, como recogida de pruebas en la escena del crimen, equipos que utiliza el investigador en su trabajo, toma de huellas, etc.