Psic. María Mercedes Fiascaro G Psicólogo Clínico Universidad Central de Venezuela Miembro de la "Asociación Venezolana de Psicología Judicial" |
Psic. María Mercedes Fiascaro G Psicólogo Clínico Universidad Central de Venezuela Miembro de la "Asociación Venezolana de Psicología Judicial" La criminalidad de la mujer ha sido poco estudiada y por lo tanto se encuentra ausente del ámbito criminal de muchos países, incluyendo a Venezuela. Tradicionalmente la mujer no ha sido considerada delincuente o criminal, salvo en aquellos hechos vinculados con su rol reproductivo, como lo es el Aborto, el Infanticidio y el Filicidio. A pesar de los estudios existentes que describen, o más aún, tratan de explicar la criminalidad femenina son escasos, se ha denotado una tendencia al incremento de la criminalidad en la mujer, tomándose una posible explicación de este hecho, la medida en que la mujer se ha estado involucrando cada día más en ámbitos que anteriormente estaban predeterminados para el hombre, de esta manera se iguala las condiciones para cometer delitos. El homicidio es el delito que se da cuando una persona atenta contra la vida de otra persona trayendo como consecuencia la muerte de ésta. Se trata del delito más común contra la vida humana y el autor de éste delito se encuentra castigado en todas legislaciones del mundo, con penas privativas de libertad y dependiendo de las causas que lo originaron podrían aplicarse la pena de muerte al homicida, a las que habría que añadir con frecuencia la obligación de reparar el daño moral infligido a los allegados de la víctima. Al hablar de homicidio, podemos considerar unos subtipos del mismo, los cuales presentan unas características definitorias tales como: el parricidio, que consiste en matar a un ascendiente o al cónyuge; el infanticidio, que es el delito que comete la madre cuando para ocultar su deshonra mata a su hijo recién nacido; y finalmente el filicidio que consiste en la muerte del propio hijo por parte del padre o de la madre del mismo, pudiendo estar fundamentado por distintas razones. En éste sentido, la palabra filicidio proviene del latín filuis, hijo y caedére, matar y designa la muerte del propio hijo por mano del padre o de la madre. Por ello cuando la madre mata a su hijo, se consideran las circunstancia que determinaron este hecho. Si una madre mata a su bebé recién nacido para ocultar su deshonra, comete un homicidio que se rotula infanticio; si en cambio, lo hace en otro tiempo y por distinta motivación, incurre en homicidio que se denomina filicidio. Por lo tanto, el filicidio o matanza de hijos por parte de alguno de sus padres genera en nuestra sociedad un profundo rechazo y por consiguiente es duramente sancionado, por ejemplo en el caso de Venezuela éste hecho alcanza la pena máxima la cual es de 30 años de presidio; ya que en muchos aspectos implica la ruptura abrupta de la norma social como lo es la protección y el cuidado de los hijos por parte de sus progenitores y más específicamente por su madre. El Filicidio es un acto que ha estado presente en la historia del ser humano y en toda cultura, muestra de ello lo encontramos en los mitos primitivos, los ritos de iniciación, en el estudio del sacrificio humano y múltiples expresiones de los sistemas sociales, revelando que las matanzas, mutilaciones y mortificación real o simbólica de los hijos en sus más variadas expresiones constituyen prácticas igualmente universales desde los albores de la humanidad. En los documentos históricos más antiguos, en las leyendas y mitos primitivos se advierte la universalidad del sacrificio filial, para Rascovsky (1967) un psicoanalista argentino estudioso del fenómeno del filicidio afirma que el mismo "coexiste con la iniciación de la mayoría de los procesos mitológicos o religiosos que constituirían el comienzo del proceso sociocultural". Muestra de ello primeramente lo encontramos en el mito griego de Edipo Rey, quien es condenado a morir por sus propios padres; otro mito griego menos conocido pero relacionado con este hecho es el mito de Medea, quien para vengarse de la infidelidad de su esposo mata a su rival y temiendo que el padre intentará vengar la muerte de su hija haciendo daño a sus hijos, ella los mata primero. Finalmente en algunos países hispanos como México, Colombia y en mi país Venezuela, existe un mito muy conocido acerca de una aparición fantasmagórica denominado "La Llorona", una madre de varios hijos que se encontraba agobiada por las discusiones con su esposo motivadas por su infidelidad, en la que un día luego de irse éste de la casa la mujer desesperada golpea a sus hijos para luego incendiar la vivienda, muriendo los niños a causa del incendio. Estos dramáticos acontecimientos hacen que la madre al ver a sus hijos muertos comience a correr para luego caer por un precipicio y morir. Desde épocas remotas el asesinato de los hijos se ha dado como parte de ritos primitivos, donde se ofrecía la vida de un hijo a un determinado Dios; pasando por modalidades más atenuadas de Filicidio como la mutilación parcial de los genitales (la circuncisión) con pretextos religiosos y la guerra cuya motivación devela que es el homicidio organizado que se hecho lícito, donde Rascovsky (1967) afirma que la guerra es "un sistema para la matanza sacrificial permanente de los hijos" y Bouthoul (cp Rascovsky (1967) plantea que la guerra "constituye un infanticidio diferido"; hasta nuestra época actual donde observamos que existen en la sociedades avanzadas leyes que protegen la integridad de los menores tanto física como psicológica, por lo tanto, las formas de filicidio se han vuelto casi imperceptibles a la sociedad, como lo es el caso de niños maltratados o abandonados por sus propios padres. En efecto, los castigos corporales, los maltratos psicológicos, el abandono o la mutilación se encuentra en todas partes del mundo. La conducta destructiva de los padres aparece entonces en un amplio espectro que varia desde el rechazo o desconsideración, hasta actitudes directas que alcanzan la matanza del niño. De esta manera no existe nada más socialmente rechazado y castigado que el filicidio tanto en sus formas violentas como atenuadas. En Venezuela son pocos los casos en donde la madre atenta directamente contra la vida de su hijo, en cambio, observamos cada vez más de forma desproporcionada como madres van desde el maltrato físico, verbal y psicológico hasta el abandono o muerte por ausencia de los cuidados necesarios. En Venezuela la Fundación "Oficina Nacional de Denuncia del Niño Maltratado", (FONDENIMA) es una Institución interesada en el bienestar de la infancia, y se encarga de la denuncia, tratamiento y prevención del maltrato infantil, buscando alcanzar la unión del niño con su núcleo familiar para orientarle, reeducarle y rehabilitarle. Durante el año 2002, las estadísticas de los casos de maltrato infantil fueron las siguientes: El mayor porcentaje de menores maltratados se encuentra entre las edades comprendidas entre cuatro y siete años. En cuanto al tipo de filiación que posee el o los sujetos en relación con la víctima (niño maltratado), el mayor porcentaje lo conforman las madres con un 70% de los casos reportados, en segundo lugar se encuentran los padres con un porcentaje muchísimo menor de 9,6%. En cuanto al tipo de maltrato más frecuente reportado por Fondenima, fue el maltrato físico con un 33,3%, seguido del maltrato psicológico con un 28% de los casos. EL 20% de los casos reportados fue por causa de negligencia de alguno de los dos padres, y el 15% de los casos los menores fueron abusados sexualmente. Entre los factores psicológicos relacionados con el filicidio podemos observar que el mismo está correlacionado con la maternidad vivida en condiciones de opresión por parte del cónyuge y de condiciones socioeconómicas bajas presentándose en la madre un estado psicológico alterado que conlleva al asesinato de su propio hijo. Son las madres quienes matan a sus niños, y algunas de ellas explican que lo hicieron por amor. Este tipo de crímenes que se realiza de manera violenta y de un modo inesperado para las demás personas termina en la mayoría de los casos con el suicidio del autor. La sorpresa del observador se presenta porque "la filicida" en general no es conocida como una persona agresiva; es trabajadora, adaptada, y no concuerda con la imagen estereotipada de una homicida. Por otro lado, también hay mujeres que matan a sus hijos en homicidios sustitutivos: en vez de matar, por ejemplo al cónyuge, matan al hijo; mágicamente por asociación o parecido, por transferencia, el hijo recuerda al objeto de su odio. Asimismo existen algunas condiciones que podrían afectar las relaciones de una madre con su hijo; llevándola a ésta en casos extremos a agredir a su hijo hasta matarlo, entre ellas tenemos: 1- Factores de personalidad El hecho de que un individuo manifieste problemas de tipo psiquiátrico, afectará todos los aspectos de su vida, incluyendo el papel parental. Algunas mujeres, por razones de personalidad, pueden presentar considerables dificultades para actuar como madres. Dentro de los casos más extremos encontramos mujeres que padecen enfermedades mentales, como la esquizofrenia que puede invalidar la capacidad de contacto con los demás y probablemente distorsionará la relación con el hijo. La depresión puede ser también incapacitante en este sentido, pero en menor grado que los cuadros psicóticos que asumen formas más severas y permanentes. También los estado de angustia en ocasiones es posible contenerlos dentro de límites suficientes para que no influyan en la relación con el niño, de tal modo que la madre, por enferma que esté, pueda seguir funcionando con normalidad como madre. La madre insensible es quizá el mayor obstáculo para el desarrollo del niño, ya que es probable que esté más centrada en sus propios deseos y necesidades que en la de sus hijos. El que sea una madre egocéntrica, implicará que pudiera tener una visión deformada de las capacidades del niño e intentar, de un modo rígido y autoritario, forzar al niño dentro de un molde que no se le ajusta. 2- Condiciones ambientales En la actualidad está por sobreentendido que la pobreza extrema, las deficientes condiciones de vivienda, el desempleo, la mala nutrición, la salud deficiente, son algunos factores que ocasionan estrés y ansiedad, estos factores (muy presentes en nuestras sociedades Latinoamericanas) pueden perjudicar la conducta materna en el trato a sus hijos. 3- Influencias hormonales Los cambios hormonales en la mujer (menstruación, embarazo, parto, menopausia, etc.), pueden acarrear consecuencias trágicas para la vida del hijo. Estas crisis podrían influir en algunas mujeres, para la realización de hechos delictivos, se hacen proclives al hurto, tienden a la agresión a las personas, y surge en esa situación un estado de irritabilidad. Específicamente el embarazo o el parto pueden desencadenar una psicosis durmiente y crea deseos y repulsiones singulares e insólitas que podrían influenciar en el hecho de un filicidio. 4- Privaciones afectivas durante la infancia Una explicación más probable del desarrollo del ser madre es la de que procede de la propia infancia de la madre, es decir, el amor se desarrolla precozmente en la vida, sobre una base de reciprocidad, en la que la experiencia de ser amado por los propios padres fomenta la capacidad de amar en el niño, permitiéndole responder con el mismo sentimiento y, más adelante, transferirlo a otras personas. El hecho de ser amado le permite estar dispuesto para amar, y de no tener esta experiencia, su capacidad se atrofiaría. En referencia a éste punto Schaffer (1985) afirma que: Según datos sociológicos las madres que han sufrido privación de afecto materno están más condicionadas a tener hijos que sufran esta misma privación, debido a que el ser madre no es un instinto, en el sentido de una pauta de comportamiento hereditariamente determinada y que se manifestaría ciega y automáticamente sin que influyan sobre las circunstancias. Mas bien se trata de una serie de capacidades y sentimientos que, aunque están basados en la propensión inherente de la madre a interactuar con los demás, se manifestara tan solo en determinadas condiciones sociales. (p.151) 5- Conocimiento e Ignorancia Se ha argumentado con frecuencia que las deficiencias en cuanto a ser madre son debidas, al menos en parte, a la ignorancia. El aislamiento con respecto al núcleo familiar ha sido considerado como el responsable de que las madres no hayan tenido la oportunidad de aprender de sus propias madres y de otras mujeres experimentadas en este sentido, dentro de la sociedad. En la actualidad, con todo lo que ha traído el proceso de liberación femenina, la mujer está participando en actividades que socialmente estaban asociadas a los hombres abandonando cada vez mas los oficios del hogar y las obligaciones maternales, dejando el cuidado de sus hijos, en el mejor de los casos, a sus madres o personas encargadas del bienestar y desarrollo del niño, como lo son el caso de los hogares maternales y preescolares. Llegado a este punto, se expondrá los distintos tipos de filicidio, el cual esta basado mayormente en los motivos y en los estados mentales del padre o de la madre que comete el asesinato. En este sentido, Resnick (1969 cp Mckee y Shea, 1998) plantea una diferenciación de varios tipos de Filicidio: Filicidio altruístico, el motivo aparente de este tipo de Filicidio es el alivio de un sufrimiento de una condición aparente o imaginaria del niño y luego del suicidio del padre o de la madre. Filicidio psicótico, la madre o el padre asesina al niño debido a la influencia de una severa enfermedad mental. Filicidio del niño no deseado, el asesinato ocurre debido a la no querencia del niño por parte de la madre y esto no se explica a través de enfermedades mentales severas, sino debido a una paternidad incierta o proveniente de forma ilegitima, conocido también como neonaticidio. Filicidio accidental, la muerte del niño por parte de sus padres no es intencionada, sino es debido a múltiples maltratos y abuso infantil. Filicidio vengativo, el asesinato del niño ocurre porque el padre homicida transfiere el odio que siente hacia el otro padre al hijo, matándolo; estos son los casos donde la infidelidad es en la mayoría de los casos la razón de las muertes de los infantes. En Venezuela se realizó un estudio psicológico con una muestra de siete Mujeres Filicidas recluidas en "El Instituto Nacional de Orientación Femenina" (INOF), una institución carcelaria, de donde se obtuvo las siguientes conclusiones. Entre los datos más significativos de las características generales de vida de las mujeres que cometieron filicidio recluidas en el INOF tenemos en primer lugar que la edad promedio de estas mujeres es de 30 años y su primer embarazo fue en la mayoría de los casos a los 18 años, solo la mitad de ellas vivían con su pareja; lo que significa que son mujeres en su mayoría jóvenes y solteras. En segundo lugar, se pudo observar que el mayor porcentaje (28,5%) de los casos había sido diagnosticado por el psicólogo de la institución de depresión, sin embargo, más de la mitad reportaron sentirse muy tristes antes y después de la muerte de su hijo, sin ánimos de seguir con su vida, ni planes a futuro y manifestando tener un historial de vida caracterizado por poseer familias conflictivas, donde los abandonos y separaciones eran la regla. En tercer lugar, se evidenció que en la totalidad de los casos estas mujeres poseían bajos recursos ingresos económicos antes de ser recluidas en dicha institución (de ocupación del hogar en la mayoría de ellas), además de bajo nivel educativo, en la mayoría de los casos habían alcanzado completar la primaria. En cuarto lugar, encontramos que solo un caso fue víctima de abuso físico en la adultez. Por otra parte, en ninguno de los casos se observó retardo mental o haber estado internadas en un psiquiátrico. Para finalizar, las mujeres que conformaron el estudio no reportaron experiencias acerca de algún arresto previo, abuso de sustancias o víctimas de maltrato o abuso sexual infantil. De acuerdo a la clasificación propuesta por Resnick (1969 cp Mckee y Shea, 1998), se pudo observar en mi país Venezuela que el 42,8% (3) de los casos se ubicaron en la categoría de Filicidio del niño no deseado, este grupo se caracterizó por ocultar su embarazo por el temor a ser descubiertas siendo éste el motivo de la muerte de los hijos. En segundo lugar, observó una igualdad entre el Flicidio Accidental y el Filicidio Vengativo. En el primero de los casos, las mujeres que componen éste grupo se caracterizaron por sentir culpa, arrepentimiento y dolor por la muerte de sus hijos ya que la misma no era deseada por las madres de estos niños. Con respecto al segundo grupo (Filicidio Vengativo), se observó que las mujeres dieron muerte a sus hijos a causa de los problemas que mantenían con sus parejas, siendo la infidelidad el motivo de las discusiones. En conclusión, el Filicidio es un hecho violento y un enemigo silencioso, en el sentido de que en nuestro país los organismos encargados de suministrar los datos estadísticos en cuanto al porcentaje de muertes de menores por parte de sus padres y en espacial por parte de su madre, reportan que es un delito sumamente difícil de detectar debido a que la mayoría de estos crímenes son realizados dentro del hogar y son reportados como abortos o accidentes domésticos, los cuales no son denunciados ante las autoridades competentes. Es por lo tanto necesario realizar mayores investigaciones en el área con la finalidad de realizar programas no sólo de atención y tratamiento al niño víctima de maltratos tanto físicos y psicológicos, abuso sexual y abandonos, sino programas de detención y prevención temprana tanto para los niños como de los propios padres. El Filicidio es un hecho violento y cruel que atenta contra la integridad de un ser humano indefenso que paradójicamente depende de su agresor para su subsistencia. Bibliografía Mckee, G., Shea, S. (1998) Maternal Filicide: Across National Comparison Journal of Clinical Pshycology 54 (5), 679-687. Rascovsky, A. (1967) El Filicidio Buenos Aires: Orion. Schaffer, R. (1985) Ser Madre Madrid: Morata.-- | |
Última modificación ( 16.01.2006 ) |