Presentamos un caso de muerte en un niño de de 11 meses de edad, que ingresó cadáver en el servicio de urgencias de su hospital de referencia, con lesiones traumáticas en cabeza y abdomen, poniéndose el caso en conocimiento del juzgado de guardia. Durante la autopsia médico-legal, se apreció la existencia de excoriaciones lineales en mejilla izquierda, equimosis periorbitaria izquierda, así como en zona mandibular derecha; llamando especialmente la atención la presencia de múltiples equimosis redondeadas y ovaladas de entre 0.3 y 2 cm de diámetro ubicadas en el tronco, fundamentalmente en la zona abdominal. El examen interno evidenció un hemoperitoneo con desgarros en diferentes serosas y mesos, con importante infiltrado hemorrágico a nivel de retroperitoneo y zona mesentérica. Se concluyó que se trataba de una muerte violenta de etiología médico-legal homicida, siendo su causa inmediata una hemorragia intraabdominal y su causa fundamental el traumatismo abdominal múltiple por compresión. Existe plena coincidencia entre el cuadro descrito y el referenciado en la bibliografía revisada, relativo a lesiones abdominales por maltrato infantil.
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La acción del fuego sobre el cuerpo puede producir afectación de la piel determinando quemaduras de diversos grados o carbonización llegando a afectar al hueso, e incluso a calcinarlo. Cuando el grado de afectación es intenso deben aplicarse los protocolos de antropología forense, teniendo en cuenta las particularidades del caso. Presentamos cuatro casos estudiados en el Laboratorio de Antropología Forense de la Escuela de Medicina Legal de Madrid, en los que se han seguido técnicas diferentes a fin de poder establecer la identificación del cadáver y el diagnóstico de la muerte así como otras cuestiones de interés en la investigación antropológico forense.
A lo largo de la vida y en distintas edades, causas, las personas pueden perder sus piezas dentarias, ya sea alguna, varias o todas.
Los animales pueden actuar como predadores de los restos humanos y las lesiones postmortales que infligen en los cadáveres pueden dar lugar a errores de interpretación de los hallazgos en las autopsias forenses. Entre la fauna cadavérica, las hormigas constituyen un caso excepcional al ser los únicos insectos que pueden iniciar su actividad predadora antes de instaurarse la putrefacción. Las hormigas suelen producir lesiones que por su asiento y morfología resultan típicas. Se presenta un caso en el que se evidencia la presencia de lesiones de morfología típica por la acción lesiva postmortal de hormigas, pero con una extensión y localización inhabituales.